El pasado miércoles 3 de septiembre de 2025, alrededor de las 18:00 hora local, el histórico Elevador da Glória descarriló en la Calçada da Glória, en pleno centro de Lisboa, impactando contra un edificio. El balance humano es grave y aún en actualización: varios medios de referencia reportan al menos 15 fallecidos y 18–20 heridos, con varios en estado crítico. Autoridades municipales y nacionales expresaron condolencias, y se movilizaron decenas de bomberos y ambulancias al lugar. Las cifras pueden variar mientras avanza el operativo y la identificación de víctimas.
Posibles causas y dinámica del siniestro. Los primeros indicios apuntan a una falla en el sistema de cableado del funicular, lo que habría provocado que el vehículo descendiera sin control por la empinada cuesta hasta chocar violentamente. Testigos describen escenas de pánico y el coche prácticamente destruido. Las autoridades han acordonado la zona y abrieron una investigación formal para determinar con precisión el origen de la avería.
Qué es el Elevador da Glória y por qué importa. Inaugurado en 1885 y electrificado en 1915, el Elevador da Glória conecta la Praça dos Restauradores (Baixa) con el Miradouro de São Pedro de Alcântara (Bairro Alto). Es uno de los tres funiculares de la capital operados por Carris (línea 51E), pieza clave del paisaje urbano lisboeta y atractivo turístico de primer orden. Desde 2002 figura protegido como Monumento Nacional por su valor patrimonial. En un año típico, su demanda es de las más altas entre los funiculares de la ciudad.
Antecedentes y líneas de investigación. Aunque el elevador es seguro y muy vigilado, existen antecedentes: en mayo de 2018 se registró un descarrilamiento sin vuelco ni víctimas, atribuible a mantenimiento deficiente, tras el cual el servicio estuvo parado un mes. Hoy, el Gobierno y el operador han pedido cautela hasta conocer el informe técnico; la GPIAAF (autoridad de investigación de accidentes) asumirá el peritaje para esclarecer responsabilidades y protocolos. Reportes oficiales señalan que el coche había cumplido con mantenimiento programado, algo que deberá contrastarse con registros y evidencias de la escena.
Impacto urbano, turístico y de seguridad. Más allá del golpe emocional para Lisboa, el accidente obliga a revisar estándares de inspección de cables, frenos y sistemas de emergencia en funiculares históricos, donde conviven valor patrimonial y exigencias modernas de seguridad. A corto plazo, es esperable la suspensión del servicio y auditorías especiales en los otros ascensores de la ciudad, junto con medidas de apoyo a víctimas y testigos. Para residentes y turistas, la recomendación es atender los avisos de Carris y de protección civil sobre desvíos, cortes y normalización del servicio. Cuando se publiquen los resultados de la investigación, serán cruciales para recuperar la confianza en un icono que, durante más de un siglo, ha sido parte entrañable del pulso de Lisboa.