La pandemia sigue su avance y aún no tenemos vacuna, por lo que es fundamental que sigamos extremando las medidas de seguridad y convivencia social. Estamos en presencia de un virus con altas tasas de contagio y mortal en ciertos sectores de la población inmunodeprimida, o con otras enfermedades de base.
A medida que pasa el tiempo, nuestro conocimiento de esta pandemia aumenta, y hemos comenzado a validar el uso de ciertos elementos de protección personal, que de una manera u otra, pone freno a la velocidad del contagio.
A modo de ejemplo, se ha hecho evidente la necesidad del uso constante de mascarilla al interactuar con otras personas en espacios confinados. De hecho, en algunos lugares incluso se ha planteado su uso obligatorio, mientras se permanezca fuera del hogar, o en ambientes donde antes no se había pensado.
Uno de esos lugares son los ascensores, que se caracterizan por ser espacios reducidos que las personas comparten, aunque sea por un período breve de tiempo.
En Chile, conscientes de la necesidad de depurar las medidas sanitarias de convivencia social, se ha decretado el uso obligatorio de mascarillas o barbijos, mientras se use transporte pagado y ascensores.
Como parte de la industria del Transporte Vertical, nos parece que esta medida es oportuna y necesaria, para seguir haciendo de los ascensores un medio de transporte seguro para los usuarios.
Aunque la medida será exigida, en la práctica, seguiremos estando en manos de la buena voluntad y sentido de responsabilidad de los usuarios.