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Introducción
“Pero este puerto amarra como el hambre
No se puede vivir sin conocerlo”
“Valparaíso”. Autor: Osvaldo “Gitano” Rodríguez.
Esta voz poética acerca de nuestro puerto es una invitación permanente a visitarlo y, en particular conocer sus “centenarios ascensores”. En este artículo abordaremos la importancia de estos aparatos para los habitantes de los cerros; haremos un compendio del “ascensor” Polanco, y dada nuestra visión técnica precisaremos los conceptos vinculantes entre ascensor y funicular.
La Importancia de los Ascensores para los Habitantes de los Cerros
En la segunda mitad del siglo XX, Valparaíso se había convertido en el puerto principal de Chile, existía una numerosa población de inmigrantes europeos: ingleses, alemanes, franceses, italianos y otras nacionalidades, esta comunidad europea era la elite económica y social de la ciudad-puerto.
Se vieron enfrentados a transformar la ciudad porque sus características territoriales no respondían a sus necesidades y estándares de vida con clubes, colegios y barrios exclusivos tipo europeo; los esteros estaban presentes en casi todos los cerros confluyendo al plan de la ciudad; durante las crecidas transformaban las calles del plan y de los cerros en barreales; debemos agregar a este fenómeno que el medio de transporte urbano de aquellos años consistía en carretas, burros para traslado de carga y tranvías a tracción animal conocidos como “carros de sangre”. La necesidad de buscar un transporte más eficiente para una ciudad con gran cantidad de quebradas y esteros condujo a que los funiculares o “ascensores” fueran la respuesta a dicha necesidad.
Estos aparatos, inicialmente implementados para los barrios de la elite, dada su mayor operatividad: ahorro de energía, tiempo, espacio urbano y capacidad de superar la topografía del terreno, comenzaron a instalarse en los barrios populares y su emplazamiento contribuyó a mejorar la calidad de vida de las distintas comunidades y habitantes de Valparaíso.
«Ascensor» Polanco
El ascensor del Cerro Polanco, construido entre 1913 y 1915 por la empresa Easton Lift Co. Ltda., obra a cargo del ingeniero Federico Page, tiene tres accesos: subterráneo, calle y mirador de la torre, ubicado a 60 metros de altura, desde donde se puede apreciar toda la bahía.
Fue el primer ascensor declarado Monumento Histórico en el año 1976; pero debido al deterioro sufrido por los años fue expropiado a la Compañía Nacional de Ascensores y traspasada su propiedad a la Municipalidad de Valparaíso.
En el año 2012, mediante financiamiento del Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso, se materializó el proyecto de reposición completa del ascensor, a cargo de la empresa Hidalgo Ascensores considerando una nueva cabina para 13 personas, también se incluyó: mantención y reparación de muros, pasarela, paredes del túnel, iluminación ornamental y funcional, pintura, tratamiento contra termitas, instalaciones eléctricas, sanitarias y mejoramiento del entorno vecinal.
Conceptos Vinculantes entre Ascensor y Funicular
Rescatando la simpleza del lenguaje y reconociendo que por más de un siglo los porteños siguen llamando ascensor a sus funiculares – quizás porque los verbos ascender y descender resultan muy cercanos y se asocian al ascensor -, desde nuestra visión técnica precisaremos que la principal dicotomía radica en que el ascensor es vertical, mientras que el funicular sube o baja una pendiente, así de simple. Ambos cumplen una función social de movilizar personas y también cargas y son aparatos integrados al concepto de Transporte Vertical.
La legislación vigente en nuestro país, indica para estos aparatos una normativa específica de aplicación: NCh440/1 ascensores y montacargas eléctricos; NCh440/2 ascensores y montacargas hidráulicos; NCh3365 ascensores y montacargas inclinados o funiculares.
Normativa obligatoria para cumplir requisitos de seguridad mediante procesos de mantenimiento mensual y certificación cada uno o dos años, de acuerdo al tipo de edificio, todo bajo la exclusiva responsabilidad de los propietarios.
Conclusiones
Si buscamos ejemplos de un patrimonio industrial vivo en el mundo, allí están los ascensores o funiculares de Valparaíso, son sus iconos porque la ciudad es reconocida en Chile y el mundo entero, son paletas de colores que pintan los cerros apareciendo de improviso por los callejones porteños.
Nacieron por la necesidad de mejorar la calidad del traslado, transformándose en un medio constaste y seguro, su eficacia incentivo la aplicación en los cerros de Valparaíso, los ascensores se transformaron en el eje principal del sistema de transporte, años después de su instalación, tras la incorporación de los trolley buses, el sistema fue aún más eficiente porque los trolley buses cubrían el plan de la ciudad y los ascensores cubren la sección vertical o inclinada.
En la actualidad los ascensores otorgan a Valparaíso una sensación única y mágica, sensación percibida por los visitantes que los tienta a dejarse envolver por la ciudad-puerto y sus historias centenarias, contenidas en bares y locales anónimos, en la romántica lentitud de sus trolley buses, en el testimonio de miles de grafitis esparcidos en sus muros o en la parsimonia de sus pintorescas lanchas de paseo meciéndose en el muelle Prat.
Gracias a todo el equipo por compartir sobre el patrimonio de nuestro querido Chile.
Mucho éxito y sigan adelante.