Antecedentes

Los teleféricos que ya se construían a principios del siglo XX, tienen como objetivo servir de puente entre un lugar de difícil acceso (regiones apartadas y montañosas) con el plano de las ciudades, de tal manera que los pasajeros transportados puedan acceder a los medios de transporte urbano existentes para concurrir a sus actividades habituales: mercado laboral, servicios de salud y educación, actividades recreativas y participación social.

La morfología del terreno es la que influye claramente en las características del teleférico a instalar, el que tiene básicamente dos estaciones: una en su punto de inicio y otra en su punto final. En su recorrido (la línea) esta sostenido por imponentes torres.

Un grupo motor básico está formado al menos un motor, un freno de servicio, un freno de emergencia y el reductor de velocidad; es importante el desarrollo técnico de todos los componentes para un correcto funcionamiento y así garantizar a los pasajeros el máximo confort y seguridad en las clásicas cabinas, que tienen diferentes capacidades y diseños, las que proporcionan vistas panorámicas espectaculares y deben considerar siempre la resistencia al viento.

Tradicionalmente la línea tiene diferentes componentes como las pilonas, los balancines y el cable, este último fabricado por empresas altamente especializadas, tal como ocurre en la industria de los elevadores a nivel global.

Nuestros teleféricos

Vivimos en ciudades con alta densidad de población, donde el excesivo tráfico, el mal trazado urbano y muchas veces los grandes desniveles, nos empujan a pensar en la posibilidad de contar con teleféricos como un medio de transporte público alternativo, ello nos induce a preguntarnos.

¿Nos trasladaremos a futuro por las ciudades en cabinas colgando de cables y movidas eléctricamente? Pareciera que si, en nuestro continente son varias las ciudades que lo implementan: Medellín (Colombia), Caracas (Venezuela), Rio de Janeiro (Brasil), la Paz (Bolivia) y Quito (Ecuador).

En Chile el Transporte Vertical esta normado por la Ley N° 20.296, publicada en el Diario Oficial el 23 de octubre del año 2008. Esta ley Establece Disposiciones para la Instalación, Mantención e Inspección Periódica de los Ascensores y otras Instalaciones Similares.

En el proceso donde se gestó la ley comentada precedentemente, en las comisiones de la Cámara de Diputados estuvo la idea de incorporar a los teleféricos y juegos mecánicos, a la nueva legislación para los efectos de ser instalados y mantenidos en condiciones de seguridad, dada la vinculación directa con las personas cuando acceden a ellos como usuarios a realizar actividades cotidianas o de recreación.

Finalmente, estos aparatos no fueron considerados de acuerdo con lo que indica el “Artículo 159 bis. – Los ascensores tanto verticales como inclinados o funiculares, montacargas y escaleras o rampas mecánicas, que se emplacen en edificios privados o públicos, deberán ser instalados y mantenidos conforme a las especificaciones técnicas de sus fabricantes y a las disposiciones que al efecto determine la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones”.

En Chile, los teleféricos como todos los medios de Transporte Vertical cumplen una función social de movilidad, orientado en nuestro caso particular al ámbito turístico:

1. Teleférico de Santiago ubicado en el Cerro San Cristóbal.
2. Teleférico de la Viña Santa Cruz, en el Valle de Colchagua.
3. Teleférico Cóndor Andino ubicado en la reserva biológica Huilo Huilo, en la Región de los Ríos.

Nuevos Proyectos

También tenemos conocimiento de al menos 3 iniciativas de futuros teleféricos: Primero: El Teleférico Bicentenario que busca mejorar la conectividad entre las Comunas de Providencia, Las Condes, Vitacura y Huechuraba.

 

Proyectado para trasladar 6 mil personas por hora y reduciendo de 40 a 13 minutos el tiempo de viaje entre Providencia y Huechuraba, se espera que entre en funciones el año 2022. El mencionado teleférico corresponde al sistema de teleféricos urbanos para transporte masivo.

 

Segundo: Otro proyecto del mismo sistema ya mencionado y que está en etapa de prefactibilidad busca mejorar en 25% los tiempos de desplazamiento de las personas hacia el plano del puerto de Talcahuano, partiendo desde el cerro Centinela.

Tercero: Este proyecto es del sistema teleférico urbano turístico, conocido como Proyecto San Ramón, teleférico que pretende conectar la capital de nuestro país con la cumbre de la precordillera de los Andes.

De materializarse los proyectos mencionados, necesariamente el Estado de Chile mediante el Ministerio de la Vivienda y Urbanismo (MINVU), debería incorporar los teleféricos como aparatos del Transporte Vertical sujetos a la normativa vigente y, como consecuencia de ello, han de ser mantenidos regularmente y poseer la certificación que acredite su funcionamiento.

Por último, a inicios del mes de febrero en el emblemático ascensor del Cerro Concepción de Valparaíso, se produjo un accidente con resultado de lesiones en usuarios, ello ha provocado preocupación en la opinión pública acerca de la seguridad de estos medios de Transporte Vertical, las autoridades involucradas, Municipalidad y Ministerio de Obras Públicas han dado diferentes versiones del hecho.

No tenemos antecedentes si los funiculares de Valparaíso están cumpliendo la normativa vigente en el sentido de una mantención mensual y la correspondiente certificación de los equipos basado en la norma técnica NCh 3365 Requisitos para equipos de transporte vertical – Ascensores y montacargas inclinados o funiculares.

Lo que si esta claro para nuestro medio, es el atraso en los procesos de certificación del parque de Transporte Vertical en Chile, denunciado por el ministerio respectivo a mediados del año pasado y las iniciativas desplegadas para normalizar tal situación que expone a los riesgos tanto a usuarios como personal técnico (ver vídeo del MINVU en nuestra página).